jueves, 10 de abril de 2008

SENTIR LA DISCAPACIDAD EN PRIMERA PERSONA

Para ellos fue como un juego, una actividad divertida, pero hay muchas personas que en su día a día han de enfrentarse a numerosos obstáculos por sistema. Alumnos de 6º de Primaria del Arias Montano aprendieron ayer que cruzar la calle, leer un libro, afeitarse, asistir a clase, ver la tele, hacer la comida, usar los cubiertos o el cuarto de baño puede ser muy dificultoso o imposible para las miles de personas que sufren algún tipo de discapacidad en España, y lo vivieron en primera persona.Con motivo de su 70 aniversario, la ONCE y su Fundación organizan estos días un circuito interactivo en el pabellón de Ifeba que tiene como fin mostrar los obstáculos que padecen las personas con minusvalía así como los avances que se han llevado a cabo en este terreno para conseguir la integración del colectivo.Más de mil escolares de toda la provincia participarán en esta iniciatva que fue inaugurada por el presidente del Consejo Territorial de la ONCE en Extremadura, Casildo Brígido; el alcalde de la ciudad, Miguel Celdrán; la delegada del Gobierno, Carmen Pereira; la consejera de Sanidad, María Jesús Mejuto; y el presidente de la Diputación, Valentín Cortés, entre otros.El circuito -que arranca en Badajoz y recorrerá toda España- estará hasta el próximo sábado, día en que se celebrará una muestra de perros guía.«Miedo a caerme» «He hecho el circuito con los ojos vendados y una compañera ha sido mi guía. Da miedo el pensar que puedes caerte porque no ves o que te pille un coche», comentaba Luis Miguel Borba, de 11 años y alumno del Arias Montano. «Ha sido divertido porque era sólo un rato, pero ya tenía ganas de ver otra vez», añadía.«No sabía que había cuartos de baño o cocinas especiales para minusválidos, me ha sorprendido mucho», apostillaba Ana Moralo, de 12 años y del mismo centro de enseñanza.Adaptar es caro El circuito interactivo muestra cómo se adapta una vivienda. «Las mesas, por ejemplo, no pueden tener nada por debajo y ya hay placas vitrocerámicas y hornos que hablan. También hay cubiertos y estanterías adaptadas», explicaban desde la organización. «Adaptar cualquier habitación supone un 50% más de los que costaría normalmente», agregaban.La exposición cuenta también con un recorrido de movilidad en el que los participantes tienen que cruzar una calle, subir una escalera y superar diversos obstáculos de la calle con los ojos vendados. «Que el semáforo pite fue una revolución en su momento, pero ahora las personas ciegas llevan un aparato en su bolsillo que hace que la señal luminosa sólo se oiga cuando éstos se acercan. Ya funciona en muchas ciudades», aseguraban.Asimismo, hay una sala dedicada a la educación y a la inserción laboral, los dos objetivos fundamentales de la Fundación ONCE, además de otra para el ocio y la cultura. El circuito lo cierra una pista de baloncesto especial para discapacitados.«Todos los años acude a ONCE gente nueva en busca de ayuda, sobre todo porque se han quedado ciegos después de un accidente de tráfico y han de volver a aprender a vivir», destacaron.

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